Guía para administrar una Inyección Intramuscular

Existen múltiples formas de administrar medicamentos, como la vía oral o intravenosa. La elección de la vía de administración depende del tipo de medicamento, la condición del paciente y la rapidez con la que se necesita que el medicamento haga efecto. Una de estas formas es la inyección intramuscular, que es una forma común de administrar vacunas, como las de COVID-19, la gripe o la hepatitis.

Las inyecciones intramusculares también pueden ser necesarias para administrar medicamentos como la epinefrina (adrenalina) para reacciones alérgicas graves, Urbason para prevenir el shock anafiláctico después de una picadura, analgésicos para dolores de cabeza o contusiones, o incluso antibióticos o anticonceptivos hormonales.

Las inyecciones intramusculares, como su nombre indica, se inyectan en el músculo, donde se libera el medicamento. Este método es compatible y la mejor opción para muchos medicamentos que serían difíciles o imposibles de administrar por vía intravenosa o oral.

A diferencia de las inyecciones subcutáneas, como las que se administran para prevenir coágulos con heparina, las inyecciones intramusculares penetran hasta las fibras musculares más profundas. Esta área tiene menos terminaciones nerviosas y está altamente vascularizada, lo que la convierte en el lugar perfecto para introducir un medicamento con mínimas molestias para el paciente.

¿Cuándo se Administra una Inyección Intramuscular?

Una inyección intramuscular se administra generalmente cuando se trata de medicamentos que perderían su efecto al entrar en contacto con los jugos gástricos o con compuestos generados por el hígado, por lo que no podrían ser tomados por vía oral. También se utiliza este tipo de administración cuando el paciente tiene dificultades para tragar o deglutir, además de cuando se trata de dosis de volúmenes mayores que no podrían administrarse de manera subcutánea.

Las inyecciones intramusculares se pueden administrar en la cadera, el glúteo, el muslo o el brazo. La elección dependerá de la edad del paciente, el volumen del medicamento y la situación del paciente.

¿Dónde se Administra una Inyección Intramuscular?

Las inyecciones intramusculares se administran principalmente en cuatro áreas del cuerpo: los muslos (recto anterior), los brazos (deltoides), la cadera y el glúteo. Estas áreas son elegidas porque están bien vascularizadas, lo que permite que el medicamento sea asimilado rápidamente por el organismo.

¿Cómo se Administra una Inyección Intramuscular?

Para administrar una inyección intramuscular correctamente, necesitarás tener a mano los siguientes materiales:

  • Guantes limpios y desechables.
  • Jeringa nueva y esterilizada.
  • Aguja nueva de calibre entre 19 y 23.
  • Alcohol de 70º.
  • Algodón o gasa.
  • Medicamento a inyectar.
  • Contenedor para desechar el material punzante.

Una vez que tengas todo preparado, y se haya verificado el medicamento, su caducidad, la dosis a inyectar y que no hay ninguna contraindicación para ello, los pasos a seguir para una inyección intramuscular son los siguientes:

  1. Limpieza: Lávate las manos o usa gel hidroalcohólico y después colócate los guantes.
  2. Preparación del paciente: Coloca al paciente en una postura cómoda y adecuada según el lugar donde se vaya a colocar la inyección.
  3. Preparación del medicamento: Abre el medicamento y, si se trata de un bote de rosca o goma, deberás limpiar la parte superior con alcohol de 70º para desinfectarlo.
  4. Llenado de la jeringa: Coge la jeringuilla vacía, aspira aire con ella y suéltalo, pincha la superficie del bote de medicamento y comienza a llenar la jeringa hasta la cantidad necesaria de administración. Asegúrate de que queda el menor aire posible.
  5. Desinfección de la zona de inyección: Palpa la zona donde vas a pinchar para descartar hematomas, endurecimiento o infección. Limpia la zona de inyección en el paciente con un algodón o gasa impregnado en alcohol de 70º durante unos 30 segundos con movimientos circulares y espera hasta que la piel se seque.
  6. Inyección: Inyecta la aguja de manera perpendicular a la piel, formando un ángulo de 90º, en un movimiento rápido y seguro. La profundidad será de dos tercios del tamaño total de la aguja.
  7. Administración del medicamento: Empieza a introducir el medicamento de manera suave, unos 10 segundos por mililitro, de esta manera el músculo lo absorberá bien.
  8. Retirada de la aguja: Retira la aguja rápidamente en el mismo ángulo en la que fue insertada y evita los desplazamientos laterales.
  9. Cuidado posterior: Coloca una gasa o algodón secos sobre la zona y haz un poco de presión durante unos segundos.
  10. Desecho del material: Desecha la aguja y material utilizado en los contenedores correspondientes.

Riesgos y Precauciones al Administrar una Inyección Intramuscular

Es importante recordar que las inyecciones intramusculares deben ser administradas por un profesional sanitario cualificado. Sin embargo, en algunas ocasiones son los propios pacientes o personas de su entorno los que tienen que inyectar el medicamento en el domicilio.

Las inyecciones intramusculares pueden estar contraindicadas en pacientes que tengan alteraciones en la coagulación, enfermedad vascular periférica oclusiva, edema, shock, después de tratamientos trombolíticos, ante un infarto agudo de miocardio debido a que la absorción periférica está alterada.

Además, las inyecciones intramusculares no se deben administrar en zonas inflamadas, con edema, irritadas, en marcas de nacimiento, lunares, cicatrices u otras lesiones de la piel, debe ser en piel sana y limpia.


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